Érase un hombre tan despistado que siempre perdía su gorra. Para acabar con este problema se pegó la gorra a la cabeza.
Ese mismo día, por vez primera, perdió la cabeza.
Ese mismo día, por vez primera, perdió la cabeza.
google Webmaster Tools
Érase un hombre tan despistado que siempre perdía su gorra. Para acabar con este problema se pegó la gorra a la cabeza.
Ese mismo día, por vez primera, perdió la cabeza.
0 Comments
|
CASICUENTOS |