Tomó la palabra y anunció su nueva y mayor proeza. Su nuevo proyecto no tenía parangón y no sería jamás superado por ningún poeta. Iba a escribir su mejor y más hermoso poema en el interior de cada uno de los hombres y mujeres que habitan nuestro planeta.. ¡Podéis imaginar la cara de la gente cuando escuchó semejante anuncio!
Rufino explicó que ésa era su mayor proeza y tal vez la mayor que se realizaría jamás. Pero para llevarla a cabo necesitaba la colaboración de todos. Cada uno tendría que explorar - y tal vez durante largo tiempo- en su interior hasta descubrir el verso que Rufino había escrito en él.
Pero no acababa ahí la colaboración que nuestro prodigioso poeta pedía al personal. Una vez descubierto nuestro verso había que comunicarlo y compartirlo con todos aquellos hombres y mujeres, niños y niñas con los que nos encontráramos. ¡Con cuantos más mejor! Ah.....y por último no había que olvidar escuchar muy atentamente el verso que los demás nos contaran. De esta manera, contando o cantando el propio verso a los demás y escuchando con atención el verso que las otras personas habían descubierto en su interior, cada persona podría realizar su propio poema. ¡MAGNÍFICO!
¿Sabéis qué....? Después de darle unas cuantas vueltas al asunto, creo que la grandísima proeza que consiguió realizar el extravagante Rufino Buendía fue la de construir un mundo de auténticos poetas.
Rufino explicó que ésa era su mayor proeza y tal vez la mayor que se realizaría jamás. Pero para llevarla a cabo necesitaba la colaboración de todos. Cada uno tendría que explorar - y tal vez durante largo tiempo- en su interior hasta descubrir el verso que Rufino había escrito en él.
Pero no acababa ahí la colaboración que nuestro prodigioso poeta pedía al personal. Una vez descubierto nuestro verso había que comunicarlo y compartirlo con todos aquellos hombres y mujeres, niños y niñas con los que nos encontráramos. ¡Con cuantos más mejor! Ah.....y por último no había que olvidar escuchar muy atentamente el verso que los demás nos contaran. De esta manera, contando o cantando el propio verso a los demás y escuchando con atención el verso que las otras personas habían descubierto en su interior, cada persona podría realizar su propio poema. ¡MAGNÍFICO!
¿Sabéis qué....? Después de darle unas cuantas vueltas al asunto, creo que la grandísima proeza que consiguió realizar el extravagante Rufino Buendía fue la de construir un mundo de auténticos poetas.