Cuando abrió los ojos, la agenda estaba en el suelo, pero él pensaba que se la había llevado alguien. Cuando se levantó le dio con el pie sin querer y la agenda se metió debajo del sofá. Un tiempo después hizo limpieza y encontró la agenda debajo del sofá: estaba sucia y con polvo, no se acordaba de la agenda (es poco creíble que no se acordara de la agenda, habiéndole suscitado tanto interés su encuentro). Cuando la limpió, estuvo pensando cómo llegaría allí. Lo recordó y leyó lo que ponía y vio que ponía lo que pasó, lo que había pasado y lo que iba a pasar.