Que cada nuevo premio que le daban, tenía grabado un nueve en color oro. Y brillaban tanto que se quedó ciego de ese número y de todos los números que terminaban en él.
La solución sería dejar de buscar premios y valorar su trabajo por su propio esfuerzo, enseñando a sus alumnos todo lo que sabía.
La solución sería dejar de buscar premios y valorar su trabajo por su propio esfuerzo, enseñando a sus alumnos todo lo que sabía.